Años de trayectoria avalan la faceta docente de la doctora Sandra Ocampos, magíster y patóloga de la Facultad de Ciencias Médicas de la UNA, comprometida con la docencia desde sus épocas de residente, por considerarla parte importante de su profesión médica, y sobre todo, porque al enseñar se convierten en referentes para futuros médicos, que ven al docente como un paradigma a seguir y de quienes reciben no solo el conocimiento científico sino los valores humanos tan necesarios para dignificar la profesión médica.
La catedrática recordó sus inicios cuando en 1985 ingresa a la FCMUNA para cursar los 6 años de carrera grado que culminó con el internado rotatorio en 1990, prosiguiendo su formación de residente en la Cátedra de Anatomía Patológica, de la mano de profesores como el Dr. Pedro Aníbal Rolón, Dr. José Bellasai, la Dra. Elena Kazamatsu y el Dr. Antonio Cubilla, a quienes definió como sus grandes mentores, especialmente este último a quien dijo deberle su faceta como profesional patóloga. Especializada en el exterior, retornó al país para insertarse como instructora en las cátedras de Anatomía Patológica e Histología y formó parte además de la primera camada de especialistas de Didáctica Universitaria de la FCMUNA, en el año 2000.Participó en las diversas etapas del proceso de innovación de la nueva malla curricular, incluso en el primer curso de formación basada en competencias y actualmente se desempeña como jefa del Departamento de Desarrollo de la Docencia.
“En realidad la pasión por la docencia viene ya desde mi época de residente, y creo que es parte de la episteme de la profesión médica, que data de la época de los antiguos griegos en la que el médico era el que enseñaba a cuidarse a uno mismo, entonces forma parte de nuestra profesión. Si bien algunos pueden no dedicarse a la docencia específicamente, sí tienen una labor docente para el paciente, para la comunidad y para el equipo, cuando ejercen la medicina”.
Seguidamente hizo alusión al movimiento innovador en la Facultad de Ciencias Médicas con la primera promoción de la Maestría de Docencia Médica Superior, a la cual definió como una experiencia maravillosa al tomar real conciencia de muchos de los aspectos de la profesión docente, guiados por un equipo liderado por los profesores Karenina Troncoso, Gustavo Costas y Pilar Ruz de Gauna, quienes impulsaron el proceso de innovación curricular en la formación médica, teniendo en cuenta las necesidades del país y las perspectivas locales, regionales y globales. La iniciativa involucró a aproximadamente 80 profesores escalafonados, auxiliares de la docencia, estudiantes, internos y personal de apoyo técnico que se sumaron a ese proceso planteado como un proceso de investigación y se crea una comunidad académica cohesiva en la institución.
“Fue un equipo que verdaderamente nos impulsó a repensar la formación médica, desde preguntarnos qué tipo de médicos necesitábamos y queríamos formar para nuestro país. Nos aproximamos incluso a hablar con los pacientes, con los empleadores y con el Ministerio de Salud para conocer sobre las políticas de salud para que la nueva propuesta de formación sea pertinente al medio local. Así también nos centramos en el marco referencial de la formación médica de excelencia a nivel regional, de modo a tener una visión de pertinencia más global. Y así un grupo grande de docentes empieza el proceso de innovación curricular, que logró impulsar una masa crítica que repensara la formación del médico y, a finales del 2011, luego del claustro de profesores que nos da el mandato del cambio de la malla curricular, se forma la comisión del proyecto de innovación en general, que comienza a funcionar en enero de 2012”, rememoró la catedrática.
La creación de un movimiento impulsor
Dentro de los procesos formativos, nuevamente le corresponde ser parte del primer curso de formación basada en competencias, con la formación de aproximadamente 70 profesionales médicos, priorizando a los docentes de ciencias básicas para comenzar el proceso de innovación de forma estratégica y seguidamente el de todos los ciclos. “Formé parte como estudiante y luego como tutor de ese curso. Y a partir de ahí, la maestría, el curso de especialización, porque para mí la docencia siempre fue uno de los pilares fundamentales, docencia, investigación y extensión son misionales para la Universidad Nacional Asunción, por lo tanto, decidí también hacer un doctorado en educación superior con énfasis en la gestión de la educación superior en la Facultad de Filosofía”, dijo a modo de reseña la profesora Ocampos.
Con el proceso de innovación y la capacidad de implementación se hizo una reingeniería estructural para gestionar el nuevo proyecto curricular. La Dirección Académica se reestructuró creando el Departamento de Calidad Académica y el Departamento de Normativas y Reglamentos, a fin de adecuar toda la reglamentación al nuevo currículum. En el 2013 se crea también el Departamento de Desarrollo de la Docencia, bajo su jefatura; desde ahí trabaja en la formación de docentes, orientado hacia la clínica y el posgrado.
“Desde el departamento tratamos de acompañar a los docentes en este nuevo currículum, un trabajo de equipo que agrupa a profesionales médicos y a un equipo de apoyo técnico de alta calidad. Además, junto con la Dirección de Posgrado hemos retomado la segunda edición del curso de formación basada en competencias que está en pleno proceso a punto de culminar. Estamos ahora en el penúltimo módulo, nos queda uno solo y terminamos con la primera formación de aproximadamente 40 docentes formados, pero orientado al área clínica y al postgrado, puesto que en este momento la facultad está enfocada en los programas de posgrado, debido a los procesos de autoevaluación y de acreditación de los programas de actualización.
Sostuvo que la comunidad académica tiene un gran compromiso docente, con un sentido de pertenencia involucrando a los estudiantes en su formación y con el objetivo puesto en el postgrado como un modelo orientado a competencias. Resaltó la importancia de volver a las raíces de la ética, el humanismo y la responsabilidad, incluyendo competencias genéricas en proyectos académicos con ejes formativos transversales.
“Este es un momento muy importante para la FCMUNA por dos motivos, uno el término de la primera promoción de la malla curricular, de la innovada que tiene sus luces y sombras y muchas cosas que ajustar como cualquier proceso que se lleva por primera vez, pero verdaderamente tengo que reconocer el gran compromiso docente porque es una malla que se llevó y se implementó sin ninguna ampliación presupuestaria, un compromiso que ha sido crucial en la implementación exitosa de la malla curricular, enfocada en la formación de médicos excelentes con valores éticos y humanísticos”.
“Los docentes son un modelo y el ejemplo es más importante que las palabras”
La profesora Ocampos fue enfática en asegurar que la calidad de la asistencia médica depende de la calidad de la docencia. La Facultad de Ciencias Médicas de la UNA ha creado un perfil para los profesores basado en estas características para lograr una formación integral que incluya no solo dominio disciplinar, sino también el manejo de estrategias didácticas, habilidades comunicacionales y valores como la ética, el humanismo y las responsabilidades sociales como base formativa.
Por último, reflexionó sobre la importancia de la labor y de reconocer el compromiso histórico de grandes docentes y estudiantes, que a pesar de todas las restricciones o limitaciones han sabido llevar adelante y en alto en nombre de la institución, mediante un sentido de pertenencia que debe ser emulado por toda la comunidad académica. “Como docentes debemos siempre tener presente que somos un modelo y que con el ejemplo se forma más que con las palabras. Y creo en eso radica la riqueza de nuestra casa de estudios, que tenemos docentes muy comprometidos que aman la docencia y sobre todo que son empáticos y con alto sentido de humanidad”, concluyó.
San Lorenzo, 30 de abril de 2023.