Hoy se recuerda el Día Mundial de la Hipertensión, una enfermedad cardiovascular crónica multifactorial. Desde la Facultad de Ciencias Médicas de la UNA y el Hospital de Clínicas recomiendan a los pacientes llevar una vida saludable con dieta hiposódica, actividad física regular y seguimiento médico para prevenir complicaciones graves como ACV o enfermedad coronaria.
El Dr. Alvano Urquhart explicó que hay dos tipos, la hipertensión esencial o primaria como se la conoce, no tiene una causa reconocible. En tanto la hipertensión secundaria tiene una patología detrás que motiva que el paciente la sufra. Generalmente, ese tipo de hipertensión es tratable porque se trata la causa que motiva la enfermedad y la hipertensión se resuelve habitualmente.
Se dice que es multifactorial porque tiene que ver con un complejo sistema endocrino vascular que involucra algunas hormonas. “El eje renina-angiotensina-aldosterona, que generalmente está más frecuentemente alterado, pero no es el único. Es una enfermedad muy prevalente que va de la mano con la diabetes y la obesidad, que en conjunto forman lo que se llama el síndrome metabólico”.
“El primer escalón y, probablemente el más importante del tratamiento es el estilo de vida”
La manera de prevenirla es llevando un estilo de vida saludable, no solamente como medida preventiva, sino también como parte del tratamiento de la enfermedad una vez diagnosticada, sobre todo cuando es una hipertensión primaria. Para lo cual se recomienda una dieta hiposódica, es decir, restringir los alimentos y bebidas con alto contenido de sodio como alimentos envasados o muy condimentados.
“La dieta para la hipertensión idealmente debe ser sin sal, generalmente se preconiza cambiar el cloruro sódico, que es la sal común de mesa, por el cloruro de potasio que tiene un sabor similar y se la conoce como sal dietética. El primer escalón y, probablemente el más importante del tratamiento es el estilo de vida, una dieta adecuada, realizar actividad física regular por lo menos 30 minutos 3 veces a la semana. Y en caso de que el paciente sufra de diabetes, hipertensión, o alguna cardiopatía, un poquito más incluso, por ejemplo con 70 a 75 minutos de ejercicios de fuerza, dependiendo de la edad y las limitaciones de cada paciente”.
El médico agregó que todos estos factores contribuyen además al descenso de peso en un paciente con sobrepeso u obesidad, puesto que el estilo vida es lo que realmente hace que el paciente baje de peso y eso condiciona también el descenso de las cifras tensionales y la regulación de su eje renina-angiotensina-aldosterona de manera más bien natural.
Sostuvo que la hipertensión es una enfermedad silente, es decir, el paciente que debuta con síntomas ya tiene hipertensión hace mucho tiempo, no diagnosticada y por ende, no tratada. Por lo que lo ideal sería que a cada paciente se le realice un chequeo de toma de presión arterial aleatoria en cualquier consulta médica, porque la gran mayoría son asintomáticas. Ya en fases avanzadas es que empiezan a manifestarse los síntomas como dolor de cabeza.
La hipertensión es un factor de riesgo principal para cualquier enfermedad cardiovascular, es decir, que incluyen las enfermedades coronarias y enfermedades del cerebro como ACV en ambas formas, la isquémica y también la hemorrágica. También condiciona patologías a nivel de la retina, o producir lesión a nivel de los riñones, que es la nefropatía hipertensiva.
“Justamente el objetivo del tratamiento, de la terapéutica, es mejorar las cifras tensionales para que los órganos blancos no se resientan tanto. El paciente ya diagnosticado tiene que hacer un seguimiento, mínimo cada seis meses, dependiendo de sus cifras tensionales y la medicación instaurada”, concluyó.
San Lorenzo, 17 de mayo de 2024.