Día del Maestro: Docentes del aula hospitalaria del Hospital de Clínicas de la FCMUNA, llevan una labor doblemente desafiante y gratificante

Si bien trabajar con niños de por sí es complejo, hacerlo en un contexto hospitalario presenta aún más desafíos. Es lo que las docentes del Aula Hospitalaria del Hospital de Clínicas de la FCMUNA confirman al contar sus experiencias en este Día del Maestro, en el que deseamos resaltar el oficio docente, tan trascendental en todos los ámbitos.
La Profesora Luz María Benítez Aranda, directora y maestra del aula hospitalaria en las áreas de pediatría, oncología y nefrología, mencionó que si bien se ciñen al programa del Ministerio de Educación y Ciencias, lo principal es adecuarse a las necesidades y situación del niño.
No dejamos de lado el programa del Ministerio de Educación, pero nos adecuamos a la situación del niño. Nos comunicamos con la escuela de origen, trabajamos de forma articulada con ellos. De esa manera vamos realizando actividades, pero también tenemos en cuenta la situación en la que se encuentra ese niño en cada momento de su tratamiento y estancia dentro del hospital”.
Sobre la experiencia personal de ser maestra de aulas hospitalarias, la Profe. Luz afirmó que es mucho más difícil. “El afecto que ellos nos dan es totalmente diferente a un niño que va a una escuela regular, a un niño sano. Es como que nos atrapan con ese afecto. Y cada caso nos deja una enseñanza. Aprendemos tantas cosas con ellos, sobre todo de esas ganas de seguir adelante, de continuar, de tratar de seguir esa vida normal que tenían. Muchas veces nos derrumbamos por cualquier cosa que nos pasa pero ellos, sin querer, nos enseñan a tener esa fuerza, esa energía de seguir viviendo y de seguir luchando por salir adelante”.
Con lágrimas de por medio, la profe Luz recordó un caso. “Mi primera experiencia que no puedo olvidar es con un niño que nunca salió. Él estuvo ocho meses en oncología y él vivía por querer salir. Yo tenía que ayudarle con las tareas, con los dibujos, y alentarle que él sí iba a salir, pero yo ya sabía por los informes médicos que él no iba a salir. El me mostraba su casita que le estaba construyendo su papá. Y cada vez que su papá venía, porque eran del interior, y me mostraba las fotos del avance de la casa Todo el proceso, hasta que culminó la casa. El papá me decía, profe, ‘ore rosetama jahahagua ñande róga pyahúpe (ya vamos a salir para ir a nuestra casa nueva), pero yo sabía que él no iba a salir nunca más. Y no salió nunca más. Un día yo vine llegando y el papá y me dice, ‘ñanderejá la nde memby’, (nos dejó tu hijo), me dice. Y eso para mí fue muy duro. Hoy día aprendí a sobrellevar y tratar de ver cómo manejar mis emociones, más todavía porque soy mamá de un niño de ocho años”.
Además las profes, Adriana Ramírez, Emilce Lezcano y Liduvina Morel forman parte del plantel del Aula Hospitalaria y están divididas en las áreas de HOPE (Hemato Onco Pediátrica), Pediatría General, Infecto-contagioso, Medicina interna, Nefrología y Cirugía.
Las mismas también reflexionaron sobre la importancia de su labor en ocasión del Día del Maestro y compartiendo sus experiencias sobre trabajar con niños enfermos. Cada una expresó la importancia de la vocación y el apoyo emocional que se necesita para este trabajo.
Y mira que el trabajo del docente es difícil y aquí más difícil aún. La gente cree que nosotros trabajamos más relajadas, pero la verdad es mucho más difícil porque te trabaja la parte emocional y psicológica, porque yo me encariño mucho con mis alumnos”, dijo la profe Adriana.

San Lorenzo, 29 de abril de 2024.-

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